agosto 14, 2006

A eso de las once de la matina...

Subo al mini, haciendo la parabólica humana para que ninguno de mis miembros se desprenda de mi cuerpo en el intento de encontrar un asientillo y posar mis asentaderas en él, pensando en quién sabe qué, cuando a mi lado iba ella, que cargaba con no más de 20 años. Y sus ojos denotaban una trayectoria de 85, pero 85 vidas, no años.
Bonita. Me detuve en su nariz, era preciosa. Parecía jalada desde una nube por duendes diminutos.
Esposada, digamos que vigilada desde el asiento trasero por dos hombrecitos verdes (esos que no son aliens), pasándole a la vida su vista y reflexionando sobre su manera de hablarle a no sé que cabo (o fiordo...A estas alturas, ya no sé nada) en la mañana, admitiendo que había hecho mal las cosas y que la próxima le hablaría suavecito...
Y yo? Yo desaparecí. Me convertí en unos curiosos ojos de gato y aperecí en una de las realidades de Doña Remedios...

Comments:
y ella.......donde tenía las manos?
descansaban sus púpilas, o jugaban a besar las tuyas?
A las 11 de la matina...en un mini, todo es posible en La Paz
 
esas latas de sardinas japonesas son un sco de cosas inproblables, digo ya que no pudes probar que fueron humanas, un abrazo
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?