junio 20, 2006


Si fuera una pulga malísima, me encargaría de picar a unas cuantas arañas que con toda la soltura del mundo, andan por ahí, tejiendo sus telas (donde se les antoja) y lo que es peor, asustándome.
Cada vez que me encuentro con una de "esas" mi corazoncito pulguiento quiere saltar de mi pecho, escaparse y esconderse debajo del sillón del living. Pero bueno, intento sujetarlo, me siento en posición de Flor de Loto sobre el almohadón persa y respiro profundamente un par de veces como me enseñó una Gran Pulga profesora de Yoga (Sí, seguramente se están asombrando: las pulgas hacemos yoga y meditación. Nos encanta. Nos permite concentrarnos mejor a la hora de saltar) y mi ritmo cardíaco comienza a normalizarse.
Una vez que ese bicho espantoso se alejó de mi vista, me preparo un té de menta, de poleo, o de flores (dependiendo del día) y comienzo a cantar "La vida es una moneda".

PD1: las que tienen pelos, me paralizan.
PD2: Y encima te miran con 8 ojos...Qué horror!!!!

Comments:
...ojo que hablo de monedas y no de gruesos billetes...
 
Que linda pulga. me hace recuerdo a la pulga Pura de uno de los cuentos de mis hijos, una pulga buena onda que termina haciéndose cuate del perro y la picaba a la dueña del perro que era una vieja chinchosa.
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?