El signo de russell

Uy no!!!! Y ahora qué hago? Mejor miro hacia arriba y veo en qué piso está el ascensor. Mejor aún, Miremos los tres en qué piso está el ascensor porque posiblemente, con la intensidad de nuestras miradas logremos aumentar la velocidad de descenso o tal vez, logremos que del piso 8 (falta una bocha para llegar a PB, qué bajón!!!) aparezca un dragón color magenta, llamado Valencio y nos diga "Hola muchachos!"...Aunque pensándolo bien, en el piso 7 (uno menos...qué bien!!!!) nos podríamos encontrar con el fantasma de Canterville, que después de tantos años de divagar se perdió y vino a terminar en el elevador de un edificio medio viejo y medio choto...Y de repente, en el piso 6 el ascensor se detiene, y ahí nos topamos con la vieja cara de mastín napolitano que nos dice, con una vocecita de pito que tortura nuestros tímpanos, "Buen día, ya ha empezado a hacer frío, no?". Demás está decir que las respuestas no sobran.
Y seguimos descendiendo...Todos pendientes de los numeritos, no vaya a ser que al ascensor se le chifle el moño y deliberadamente, en un intento revolucionario, decida subir en vez de bajar, así que los cuatro mortales encerrados entre tres paredes y media recubiertas de fórmica y la mitad restante recubierta de espejo, enfocamos los 8 ojos (cerraditos, como para que se cumpla un deseo) en esos "numeritos", hacemos fuerza y rogamos para que lo que quede de viaje, transcurra velozmente y no nos veamos obligados a tener que entablar (Qué tedio!!!!) una linda charla de salón...Perdón, de ascensor quise decir.